La nueva dinastía de los Borbones impuso un cambio respecto a América, tanto en el plano político y administrativo como en el económico.
El Consejo de Indias fue perdiendo competencias como la Casa de Contratación, que terminó desapareciendo en 1790 al desaparecer también el monopolio comercial de Cádiz.
También variaron los Virreinatos. Se crearon el Virreinato de Nueva Granada con capital en Santa Fe de Bogotá (ocupaba los territorios de los actuales Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador) y el Virreinato del Río de la Plata con capital en Buenos Aires (ocupaba los territorios de los actuales Bolivia, Paraguay, Argentina, Uruguay y Chile).
Pero las novedades más importantes fueron la creación de un ejército regular americano y el establecimiento de las intendencias que sustituyeron a las antiguas gobernaciones y corregimientos.
Con estas reformas, lo que pretendían los Borbones era aumentar el control de las colonias y así obtener un mayor rendimiento económico.
Estas reformas político-administrativas se complementaron con las económicas. Se pasó de considerar a América como una simple provisión de metales preciosos a una fuente de explotación de tipo colonial como exportadora de materias primas muy apreciadas en Europa (tabaco, cacao, azúcar) e importadora de productos manufacturados.
Para conseguir este cambio se crearon una serie de medidas: se crearon compañías comerciales monopolísticas como la Compañía Guipuzcoana de Caracas (que tenía el monopolio del comercio con Venezuela) y se decretaron medidas liberalizadoras del comercio con América, sustituyendo el sistema de flotas y galeones por el más ágil sistema de registros y más tarde autorizando el libre comercio directo de los puertos peninsulares con los americanos.
Como resultado, el comercio con América aumentó notablemente, pero al ser insuficiente la oferta peninsular para la demanda americana, la mayoría de las manufacturas enviadas eran extranjeras y el volumen del contrabando era muy superior al legal.
Epígrafes Historia 2º de Bachillerato