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14 octubre 2014 2 14 /10 /octubre /2014 17:52

En la Baja Edad Media en los reinos cristianos (siglos XIV y XV) se interrumpió la anterior fase expansiva (siglos XI al XIII) y comenzó una nueva etapa marcada por el hambre, la peste, la guerra y los conflictos sociales.

 

En la primera mitad del XIV aconteció la crisis agraria. Se registraron  numerosos casos de malas cosechas en Europa por la meteorología adversa, los llamados “veranos podridos” en varias regiones europeas, o los “malos años” de Castilla. A una población debilitada por el hambre se abatió la Peste Negra de 1348, llegando a morir por su causa el rey de Castilla Alfonso XI en 1350.

 

Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: Crisis demográfica, económica y política

Las consecuencias demográficas de la Peste Negra fueron de gran magnitud. Además de la gran mortandad, pueden destacarse los movimientos de población del campo a la ciudad por ofrecer psicológicamente más amparo a pesar de ser más factible el contagio y el despoblamiento de numerosos lugares (los despoblados castellanos, villages désertes en Francia…). El impacto psicológico fue enorme, con actitudes que iban desde el ascetismo hasta la entrega a los placeres mundanos.

 

En cuanto a las consecuencias económicas de la Peste Negra, la más notable fue el espectacular aumento de todos los precios por la caída de la producción y de los salarios por la escasez de mano de obra. La crisis no solo afectó a los más pobres, sino también a los señores: la mortandad por la Peste Negra y los movimientos de población supusieron una disminución de los vasallos y el aumento de los precios, sobre todo de las manufacturas, pues eran los principales clientes.

 

Los señores reaccionaron usurpando tierras y prerrogativas a la monarquía por un lado y endurecieron las condiciones a los campesinos, bien arrendando tierras a corto plazo para subir las rentas (como en Castilla) o adscribiéndolos a la tierra como siervos en Cataluña: eran los payeses de remensa o campesinos de redención.

 

Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: Crisis demográfica, económica y política

Todas estas dificultades económicas se manifestaron en el estallido de conflictos sociales, con rebeliones campesinas de carácter antiseñorial, siendo las más famosas las de los forans en Mallorca (1450-1452), la segunda guerra irmandiña en Galicia (1467-1469) o el movimiento remensa en Cataluña (1380-1486) y con enfrentamientos en las ciudades: la gente menuda contra la oligarquía –como en Barcelona a mediados del XV-, entre bandos de la nobleza ciudadana local o los progromos contra los judíos, siendo el más importante el de 1391.

 

En cuanto a la crisis política, la monarquía comienza el proceso de fortalecimiento del poder real, lo que provocó la resistencia de la nobleza y el clero. Todos los reinos ibéricos se vieron inmersos en guerras civiles: Castilla (1366-1369) (1474-1479), Navarra (1451-1461) y Cataluña (1462-1472).

 

Epígrafes Historia 2º Bachillerato

 

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8 octubre 2014 3 08 /10 /octubre /2014 09:47

 

¿Qué es la Reconquista? Por Reconquista se entiende el proceso de ocupación progresiva por parte de los cristianos del territorio de Al-Andalus. Este término implica dos premisas: que el reino de Asturias es heredero legítimo del estado visigodo (neogoticismo astur) y la idea de cruzada, que es más tardía. El término está tan consolidado que seguimos utilizándolo independientemente de la aceptación o no de estas premisas.

 

En este largo proceso podemos distinguir varias etapas:

. Primera etapa de la Reconquista (siglos VIII-X). Tras la conquista musulmana de la España visigoda, quedaron sin controlar los territorios al norte del Sistema Central y del Valle del Ebro. La rebelión bereber del 741 dejó semidespoblada la cuenca del Duero, lo que facilitó la ocupación del territorio con colonos cristianos, especialmente de origen mozárabe.

No hay que olvidar que a pesar de los avances cristianos, la superioridad de Al-Andalus era incuestionable.

 

 

Fronteras de Al-Andalus en el Califato

Fronteras de Al-Andalus en el Califato

. Segunda etapa de la Reconquista (siglos XI-primera mitad del siglo XII). El fin del Califato de Córdoba (1031) cambia la relación de fuerzas entre musulmanes y cristianos. A pesar del pago de las parias (tributos) de los reyes de taifas a los cristianos, Alfonso VI de León y Castilla conquistó Toledo (1085), ciudad de gran valor estratégico (dominio del Valle del Tajo) y antigua capital visigoda (gran valor simbólico).

 

La petición de ayuda de las taifas a los almorávides de Yusuf ibn Tasfin frena el avance castellano, que sufrió terribles derrotas: Sagrajas (1086), Consuegra (1097) y Uclés (1108).

 

En contraste, y a pesar de los almorávides, los cristianos avanzaron en el sector oriental: toma de Alfonso I el Batallador, rey de Aragón de Zaragoza (1118), conquistando los aragoneses el valle medio del Ebro.

 

El hundimiento del imperio almorávide posibilitó el avance en el sector occidental (Lisboa, 1147) y en el oriental (conquista de la Cataluña Nueva –Tortosa, 1148-).

 

. Tercera etapa de la Reconquista (segunda mitad del siglo XII). La llegada de los almohades frenó el avance cristiano, aunque tuvieron éxitos como la toma de Teruel (1171) y de Cuenca (1177). Al margen de esto, hubo dos novedades: la creación y protagonismo de las Órdenes Militares y la firma de tratados entre Castilla y Aragón para la limitación de las futuras conquistas (Tudillén, 1151; Cazola, 1179).

 

Mapa imperio almohade

Mapa imperio almohade

. Cuarta etapa (a partir del siglo XIII). La victoria almohade de Alarcos (1195), llevó a la formación de un ejército por los reyes de Castilla, Aragón y Navarra con la participación de cruzados ultrapirenaicos (bula de Inocencio III). Tras la victoria cristiana de las Navas de Tolosa (1212), se produce el hundimiento del imperio almohade.

 

Portugal conquista el valle bajo del Guadiana y llega a Faro en 1249. La Corona de Aragón bajo el mando de Jaime I el Conquistador se anexionará las Baleares y el reino de Valencia. Castilla y León definitivamente unidas desde 1230 con Fernando III, acometerán la conquista de Extremadura, el valle del Guadalquivir (Sevilla, 1248) y el reino de Murcia (1266). La excepción fue el reino nazarí de Granada que continuó como vasallo de la Corona de Castilla hasta su conquista por los Reyes Católicos en 1492.

 

Epígrafes Historia 2º de Bachillerato

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2 octubre 2014 4 02 /10 /octubre /2014 19:06

 

Terminábamos el artículo anterior con la famosa frase del monje Glaber en la que afirmaba que la Cristiandad “se llenó del blanco manto de las iglesias”.

 

Pasados los discutibles terrores del año mil, entramos en la nueva etapa llamada por los historiadores Plena Edad Media. Prueba de lo diferente de los nuevos tiempos es el fenómeno histórico conocido como las Cruzadas. Si tenemos presente que el espacio que se declaraba heredero de Roma llevaba a la defensiva desde el siglo III (véase la crisis del Imperio) y que la Cristiandad Latina había estado en serio peligro hasta, por lo menos mediados del siglo X (véanse las Segundas Invasiones), el hecho de que Occidente pasara a la ofensiva es aparentemente sorprendente.

 

En esta última fecha los límites de la Cristiandad occidental no solo eran estrechos (poco más que desde el Duero al Elba) sino precarios: el Califato de Córdoba amenazaba los reinos cristianos del norte de Hispania, tanto como los sarracenos del sur de Italia el corazón espiritual de Occidente; el recién nacido Sacro Imperio estaba sometido a los ataques húngaros y una Inglaterra “recién” cristianizada a punto de ser ganada para los seguidores de Odín y Thor.

 

En el siguiente mapa vemos la expansión que ha protagonizado la Cristiandad al finalizar el siglo XI en comparación con la preocupante situación observada en el mapa del artículo anterior en la primera mitad del siglo X.

 

La Edad Media en Mapas (VII): De las Segundas Invasiones a la Primera Cruzada

El fin de las Segundas Invasiones y la aparición del orden feudal han permitido la reaparición del comercio, la aparición de los burgos y el constante aumento de la población. Vemos como las fronteras de la Cristiandad de rito romano se han expandido enormemente: el Islam rechazado de Italia y empujado al sur del Tajo y del Ebro en la península ibérica, los temidos vikingos y húngaros ganados para la Iglesia de Roma. Incluso se ha aventurado fuera de Europa, con la aparición de los Estados cruzados en el Próximo Oriente (Principado de Antioquiacondado de Trípolireino de Jerusalén…).

 

Esta pujanza contrasta con la situación de su hermano oriental, el Imperio bizantino, tras un principio de siglo realmente prometedor. A la victoria sobre los eslavos y búlgaros, reincorporando los Balcanes al Imperio había que sumar los éxitos misioneros entre los eslavos y la adopción del rito ortodoxo por estos. Precisamente fue la brillantez en el mismo momento de las dos ramas del cristianismo y la confianza que cada una de ellas tenía en sí misma lo que desembocó en la ruptura definitiva, el Gran Cisma o Cisma de Oriente (1054) con la excomunión mutua del Papa de Roma y del Patriarca de Constantinopla.

 

Todo se fue al traste con la irrupción en escena de los recién islamizados turcos selyúcidas, que al mando de Alp Arslan derrotaron a las tropas bizantinas de Romano IV en Mazinkert (1071) e invadieron Anatolia. Es el principio del fin de Constantinopla.

 

Es la desesperada situación lo que provoca que los hasta hace poco orgullosos bizantinos del emperador Alejo Comneno pidan ayuda al Papa Urbano II. Empieza así la Primera Cruzada (1095).

 

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30 septiembre 2014 2 30 /09 /septiembre /2014 09:44

 

 Aunque la base económica de continuó siendo agraria, la agricultura en Al-Ándalus mejoró notablemente con respecto a la visigoda. Además del perfeccionamiento de las técnicas de regadío, y la generalización de acequias y norias, se introdujeron nuevos cultivos en Al-Ándalus: arroz, cítricos, caña de azúcar, azafrán o algodón.

 

En cuanto a la estructura de la propiedad, siguieron predominando los latifundios, pero los terratenientes prefirieron residir en las ciudades, rompiendo así con la tendencia a la ruralización del Bajo Imperio, y continuada por los visigodos. De esta manera, las ciudades en al-Ándalus desempeñaron un papel económico fundamental, destacando la Córdoba califal, la Sevilla almohade o la Granada nazarí.

 

 

Plano Córdoba musulmana
Plano Córdoba musulmana

En cuanto al comercio en Al-Ándalus, aunque se mantuvieron relaciones con los territorios cristianos, la península ibérica se integró en el circuito económico del mundo islámico: el dominio musulmán del Mediterráneo potenció el comercio exterior y el control del oro del Sudán permitía una abundante circulación monetaria. Esta situación contrastaba con la de los europeos contemporáneos hasta por lo menos el siglo XI.

En cuanto a la estructura social de Al-Ándalus, esta dependía de criterios religiosos que establecían una división en dos categorías: musulmanes y no musulmanes. Esto no impedía que a su vez hubiera una división social basada en criterios étnicos y de riqueza.

 

Así, los musulmanes en Al-Ándalus se dividían en árabesbereberes y muladíes. Los árabes eran la aristocracia, un grupo reducido que se asentó en las zonas más fértiles (Valle del Guadalquivir, Levante, Valle del Ebro) y dividido a su vez en facciones rivales. Los bereberes fueron establecidos en las tierras menos fértiles (estribaciones montañosas, la Meseta). Esta situación causó fuertes conflictos, como la rebelión bereber a finales del Emirato dependiente. Los muladíes eran los hispanos convertidos al islam, atraídos por la exención de tributos a los musulmanes

Los no musulmanes en Al-Ándalus eran los judíos y los mozárabes. Los judíos en Al-Ándalus en los inicios disfrutaron de una tolerancia que contrastaba con su situación durante la época visigoda, lo que explica su colaboración con los musulmanes. Los cristianos de Al-Ándalus, o mozárabes, en un principio mayoritarios, fueron disminuyendo por las conversiones al islam y por la emigración a los reinos del norte. Las relaciones con los musulmanes fueron empeorando progresivamente (mártires cordobeses, rebelión de ibn Hafsún...).

 

Mención aparte merecen los esclavos en Al-Ándalus, con los esclavones o eslavones, de origen europeo. Incorporados a los ejércitos del Califato, algunos llegaron a convertirse en reyes de taifas. Los negros, en cambio, solían estar en el servicio doméstico.

Epígrafes Historia 2ª Bachillerato

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28 enero 2014 2 28 /01 /enero /2014 12:22

 

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El reinado de Fernando VII supuso un brusco frenazo a la revolución liberal que se había iniciado durante la Guerra de la Independencia y la vuelta al Antiguo Régimen en España.  Mediante el Tratado de Valençay (diciembre 1813), Napoleón devolvió la Corona de España a Fernando VII, que no aceptó ni el programa ni el itinerario planteado por la Regencia para su regreso a España.

 

En Valencia, en abril de 1814, recibió el conocido como “Manifiesto de los Persas”, en el que sesenta y nueve diputados de las Cortes de Cádiz le aconsejan que no tuviera en cuenta la Constitución de 1812, mientras el general Elío ponía sus tropas a disposición del rey para que hiciera valer su poder absoluto. El 4 de mayo Fernando VII hacía público un decreto por el que restablecía la monarquía absoluta y declaraba nula y sin ningún valor toda la obra legislativa de Cádiz. Tras ello, emprendió camino hacia Madrid con gran entusiasmo popular y las Cortes se disolvieron. Empieza el reinado de Fernando VII, dividido en tres etapas: el Sexenio Absolutista, el Trienio Liberal y la Década Ominosa.
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El Sexenio Absolutista se abre con el regreso del monarca, con un país destrozado por la guerra y la ruina de la Hacienda. Fernando VII se rodeo de una “camarilla” que le aconsejaba a espaldas incluso de las autoridades nombradas por él mismo y carente de una política definida.

 

Desde el principio comenzó a tomar represalias contra afrancesados y liberales, en medio de un inmovilismo absoluto. La única manera de intentar cambiar el rumbo político, puesto que muchos mandos del ejército eran liberales forjados durante la Guerra de Independencia, era el pronunciamiento militar, estrategia que caracteriza a todo el siglo XIX español.

 

Los principales pronunciamientos militares durante el Sexenio Abolutista fueron protagonizados por Espoz y Mina (1814), Díaz Porlier (1815), Lacy (1817) además de la llamada Conspiración del Triángulo (1816), que pretendía asesinar a Fernando VII. Todas estas intentonas acabaron con la ejecución de los cabecillas.

Hasta que el 1 de enero de 1820 se produjo en Cabezas de San Juan (Sevilla) el pronunciamiento de Riego, con las tropas que estaban acuarteladas para embarcar a América, y que tuvo eco en diversos puntos de la geografía española.

 

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En julio Fernando VII tuvo que jurar la Constitución de 1812, abriéndose así el Trienio Liberal. El nuevo gobierno decretó el final de Inquisición y el final de los señoríos jurisdiccionales (abolición del régimen señorial) y recuperó la obra legislativa de Cádiz para liberalizar la tierra, el comercio y la industria. Pero el rey usó todas las prerrogativas que le concedía la Constitución para obstaculizar la labor del gobierno. A la obstrucción del rey se añadió la división de los liberales en dos grupos, los doceañistas moderados y los veinteañistas exaltados.

Fernando VII solicitó la ayuda de la Santa Alianza y en el Congreso de Verona (1822) decidió que Francia interviniera en España para reponer al rey como monarca absoluto. En 1823, entraron los Cien Mil Hijos de San Luis, al mando del Duque de Angulema, acabando con la experiencia liberal del Trienio.

 

Los diez últimos años del reinado de Fernando VII son conocidos como la Decada Ominosa (1823-1833), caracterizada por una dura represión que comenzó con el ahorcamiento de Riego (con episodios como la ejecución de Mariana Pineda y el fusilamiento de Torrijos)  y también por tímidas reformas administrativas y financieras que provocaron la desconfianza de algunos sectores absolutistas: los apostólicos.

 

 

La situación cambió con la cuestión sucesoria. Fernando VII no tenía descendencia, por lo que el heredero de la Corona era su hermano Carlos María Isidro. La Ley de Sucesión dictada por Felipe V, la Ley Sálica, impedía reinar a las mujeres, pero en 1829 contrajo matrimonio con María Cristina, naciendo Ia infanta Isabel al año siguiente. Antes ya del nacimiento, en 1830,Fernando VII mediante la Pragmática Sanción, derogaba la Ley Sálica.

 

En la lucha sucesoria, los sectores más absolutistas apoyaban Carlos María Isidro, mientras que los liberales dieron su apoyo a María Cristina para que reinara Isabel. En 1833 muere Fernando VII tras reafirmar otra vez la Pragmática Sanción.

 

La emancipación de la mayor parte de la América española, es sobre todo, consecuencia de las reformas borbónicas del XVIII. Reformas que desplazaron del poder a las élites criollas, pero que permitieron su enriquecimiento. Las ideas del liberalismo llegadas de Europa, la independencia de los Estados Unidos, los agentes británicos y la masonería se sumaron para crear este deseo de emancipación.

 

Los precedentes de la independencia se encuentran en Francisco de Miranda, llamado el precursor, que entre 1804 y 1805 intenta independizar Venezuela con apoyo de la flota inglesa, fracasando.

 

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La primera fase de la independencia de la América española (1808-1815) comienza con la invasión  francesa de España. Se formaron juntas en las principales ciudades americanas, pero pronto se desvincularon de la Junta Central Suprema. En mayo de 1810, la Junta de Buenos Aires obligó a dimitir al virrey, aunque seguía reconociendo a Fernando VII.

 

En 1811, el Congreso General de Caracas proclamó la independencia con Francisco de Miranda a la cabeza. En México, Hidalgo llama a la rebelión (grito de Dolores) siendo derrotado en 1811. Su continuador, Morelos, es también derrotado y ejecutado en 1815.

 

La Constitución de 1812, que reconocía a los españoles de América los mismos derechos que los peninsulares, calmó la primera oleada independentista. Solo en el antiguo Virreinato del Río de la Plata, ahora Provincias Unidas, había tenido éxito el proceso emancipador.

 

El regreso de Fernando VII y la vuelta al absolutismo reavivó el proceso independentista, comenzando así la segunda fase de la independencia de la América española (1815-1824). La causa independentista estará dirigida por Simón Bolívar desde Colombia y San Martín desde Argentina. La batalla de Ayacucho (en 1824) acaba con la presencia española en el continente.

 

En cambio, en México la independencia se desencadena con la llegada del Trienio Liberal en 1820. Ahora la independencia va a fraguarse entre las élites criollas, el ejército, el alto clero y el propio virrey, que llegan a un acuerdo con el Plan de Iguala (1821), declarando la independencia de México.

 

 

 

 Temas Historia de España 2º de Bachillerato

 


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27 enero 2014 1 27 /01 /enero /2014 19:10

 

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Entre los españoles que luchaban contra la invasión francesa desde 1808 (patriotas contra afrancesados) pronto se pusieron de manifiesto dos tendencias políticas: los absolutistas, partidarios de mantener el Antiguo Régimen y los liberales, defensores de un nuevo modelo de sociedad liberal.

 

2demayo

 

El ideario del naciente liberalismo político puede resumirse en: fin de los privilegios estamentales, limitación del poder real, división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). El poder legislativo estaría ostentado por unas Cortes representativas y garantes de los derechos individuales, entre los que destaca el derecho de propiedad. Todo ello reglado y garantizado por una Constitución, elaborada y aprobada también por unas Cortes representativas.

 

La Junta Central Suprema se constituyó en septiembre de 1808 y pronto se planteó la necesidad de convocar Cortes. Sin embargo, mientras los elementos absolutistas contemplaban unas Cortes tradicionales, o sea, estamentales, los liberales pretendían reunir Cortes Constituyentes. La disolución de la Junta Central Suprema en enero de 1810 hizo que la convocatoria a Cortes fuera realizada por el Consejo de Regencia al que había traspasado los poderes. Los liberales consiguieron que la convocatoria no fuera por estamentos, sino como asamblea única, en la que a cada diputado le correspondía un voto. Los diputados fueron elegidos por un cuerpo electoral universal masculino entre los mayores de 25 años.

 

El 24 de septiembre de 1810 se celebró la sesión inaugural en la isla de León y posteriormente, las sesiones fueron trasladadas a Cádiz. Las Cortes constaban de 240 diputados, incluidos representantes de América, pero muchos no pudieron acudir, especialmente los de las zonas de interior, más conservadoras. Algunos fueron sustituidos por personajes de Cádiz, como los diputados representantes de América. Cádiz era una ciudad cosmopolita y avanzada y la composición de las Cortes, de clara mayoría liberal, no respondía a la realidad social y económica del país.

 

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Tras año y medio de debates, se proclamó el 19 de marzo de 1812 la Constitución, conocida como Constitución de 1812 o, más coloquialmente, como “la Pepa”, por la coincidencia de su nacimiento con el día de San José. La Constitución de 1812 es considerada la primera constitución española ya que el Estatuto de Bayona fue realmente una Carta otorgada por Napoléon.

 

Las características generales de la Constitución de 1812 son:

 

.Soberanía nacional. La autoridad suprema residía en la nación representada a través de las Cortes. El artículo 1 define a la nación española como la “reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”, de esta manera se equipara a los españoles de América con los de la Península.

 

.División de poderes. El poder legislativo residía en las Cortes unicamerales junto con el rey, que tenía el poder de negarse a sancionar las leyes, pero no de vetarlas; el ejecutivo correspondía al rey que presidía el gobierno y el poder judicial lo ejercían los tribunales.

 

.Sistema político parlamentario y representativo: monarquía parlamentaria.

 

.Participación política de los ciudadanos: sufragio universal masculino indirecto para los mayores de 25 años.

 

.Igualdad ante la ley: supresión de los privilegios estamentales y fin de la reserva de los mejores puestos a la nobleza (fuero único para los negocios civiles y criminales, aunque se reconocen fueros especiales para el Ejército y la Iglesia).

 

.Afirmación de los derechos y libertades individuales (libertad de imprenta, garantías procesales, supresión de la tortura).

 

.Reorganización del ejército. Obligación de contribuir a la defensa de la Patria con el servicio militar. Creación de la Milicia Nacional cuerpo militar de ciudadanos civiles armados para defender el nuevo régimen liberal.

 

.Como concesión a los absolutistas, preocupados por la cuestión religiosa, se destaca el carácter confesional del Estado. Se proclama que “la religión de la nación española es y será perpetuamente la católica, apostólica, romana, única y verdadera”.

 

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Pero la labor de las Cortes de Cádiz no se limita a la Constitución de 1812. Se aprobó numerosa legislación encaminada a la construcción de una nueva sociedad liberal-capitalista, como la incorporación a  la nación de los señoríos jurisdiccionales (abolición del régimen señorial), y la liberalización de la tierra (supresión de la Mesta, desamortización de bienes de órdenes religiosas y militares), la industria (supresión de los gremios) y el comercio.

 

La incidencia inmediata de la Constitución y los decretos de Cádiz fue mínima. Fernando VII declaró a su vuelta, en 1814, nula y sin valor toda la obra legislativa de las Cortes. Volvió a estar vigente solo durante el Trienio Liberal (1820-23) y algunos meses entre 1836 y 1837. Sin embargo, tuvo una gran influencia en otros textos constitucionales, tanto españoles como europeos y americanos.

 

Temas Historia de España 2º de Bachillerato    

 

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19 enero 2014 7 19 /01 /enero /2014 13:59

 

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Tras el fallecimiento de Carlos III, asciende al trono de España en 1788 Carlos IV, monarca con un talento y capacidades inferiores, al que tocó enfrentarse a los pocos meses de empezar su reinado con la Revolución francesa. Esta revolución provocó el pánico entre los reyes de Europa, hasta este momento ilustrados, como lo demuestran las medidas represivas de Floridablanca.

 

La ejecución de Luis XVI en 1793 decide la declaración de guerra al nuevo gobierno de la Convención. Tras los éxitos iniciales, los ejércitos franceses ocuparon la mayor parte de las provincias vascas y Cataluña. La Guerra de la Convención terminó en 1795, y en ella aparece un elemento característico de la futura Guerra de Independencia: elementos guerrilleros dirigidos por miembros del clero.

 

La paz con Francia se firma en Basilea en 1795, muy generosa con España. Por la Paz de Basilea, Francia devuelve todos los territorios conquistados al sur de los Pirineos a cambio de Santo Domingo. El gobierno radical jacobino había finalizado, y el nuevo gobierno conservador termidoriano busca la alianza contra Inglaterra. Por la firma de este tratado, Godoy es nombrado Príncipe de la Paz.

 

Efectivamente, España vuelve a la tradicional alianza con Francia con los Tratados de San Ildefonso. El primer Tratado de San Ildefonso (1796) tuvo como consecuencia la derrota de la escuadra española en el cabo de San Vicente. En 1800 se firma el segundo Tratado de San Ildefonso que tuvo como consecuencia la llamada Guerra de las Naranjas contra Portugal y la gravísima derrota de Trafalgar (1805).

 

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La alianza con Francia se mantuvo a pesar de las derrotas. En 1807, se firma el Tratado de Fointenebleau, por el que España autoriza el paso de tropas francesas para invadir Portugal. Esto fue la causa final de la crisis de 1808, que culminó con la invasión francesa y el fin del Antiguo Régimen en España

 

Entre los factores internos hay que destacar los siguientes elementos: la crisis del Antiguo Régimen, el valimiento del impopular Godoy, el descrédito y división de la familia real, la lucha entre elementos ilustrados y tradicionalistas y la crisis económica.

 

La mencionada división de la familia real española era tal que el Príncipe de Asturias, el futuro Fernando VII intentaba arrebatar el trono a su padre. El primer intento, en 1807 en el Escorial fracasó, logrando al final la destitución de Godoy y destronando a Carlos IV en el Motín de Aranjuez (marzo de 1808).

 

Napoleón va a aprovechar los acontecimientos para convertirse en el árbitro de la situación. Se niega a reconocer como rey a Fernando VII, preparando el terreno para las abdicaciones de Bayona. La salida hacia Francia de los últimos miembros de la familia real precipita los acontecimientos del 2 de mayo de 1808. Ante la inacción de las autoridades centrales, o sea, la Junta de Gobierno (que había dejado Fernando VII tras su salida hacia Francia) y el Consejo de Castilla, fueron los poderes locales los que iniciaron el levantamiento. Se crean las Juntas locales de Defensa.

 

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Mientras tanto, se producían las abdicaciones de Bayona. Napoleón obliga a Fernando VII a devolver el trono a su padre, Carlos IV, que previamente había renunciado a sus derechos a favor de Napoleón.  A su vez, este entrega la Corona de España y las Indias a su hermano José y convoca a una asamblea de notables para que redacten una constitución. El Estatuto de Bayona es un texto legislativo parcialmente reformista, que incluía el reconocimiento de ciertos derechos individuales, la supresión de los gremios y de las torturas a los detenidos, pero afirmaba como única religión permitida la católica, mantenía algunos privilegios estamentales y reservaba al rey la práctica totalidad de los poderes.

 

En España se van creando las Juntas Supremas Provinciales, que al igual que las locales, están dominadas por las élites del Antiguo Régimen, nobleza y clero, para luchar contra Napoleón. Ha comenzado la Guerra de la Independencia, una guerra total, como se la ha calificado adecuadamente, pues su característica principal es la implicación de la población civil en el conflicto. Se generaliza la guerrilla, el sitio de ciudades, la deportación de prisioneros, el terrorismo psicológico, la propaganda…

 

La guerra comienza sin la presencia de Napoleón, que no la cree necesaria. En junio de 1808, el ejército francés de Dupont es derrotado en la batalla de Bailén por las tropas de Castaños. Tremenda derrota francesa no tanto por las bajas, sino por el impacto que tuvo en toda Europa la noticia de que el ejército de Napoleón no era invencible. A la vez está teniendo lugar el primer sitio de Zaragoza (junio-agosto 1808) ciudad defendida con éxito por el general Palafox.

 

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Los éxitos de Bailén y Zaragoza enardecen a los españoles y provocan la huida de José Bonaparte de Madrid a Vitoria, mientras los ejércitos británicos desembarcan en Portugal. El Consejo de Castilla se atreve a proclamar nulas las abdicaciones de Bayona en agosto. La mayoría de las Juntas Provinciales deciden coordinarse y el 25 de septiembre en Aranjuez se reúne la Junta Suprema Central con la misión de preparar reunión a Cortes y unificar la resistencia armada, declarando rey a Fernando VII.

 

Los acontecimientos enfurecen a Napoleón, que en noviembre entra en España,iniciándose la segunda fase de la guerra, al frente de 200.000 hombres arrollando a las tropas españolas, venciendo en la batalla de Somosierra y entrando en Madrid el 2 de diciembre. La derrota y dispersión de los ejércitos españoles provocó la aparición de las guerrillas, mucho más eficaces, que sin poder alcanzar la victoria, inmovilizan a miles de soldados franceses, destacando las partidas de El Empecinado, de Espoz y Mina, del cura Merino...individuos de baja extracción social. En 1809, Napoleón ocupa todo el país, obligando a los ingleses a huir a Inglaterra vía La Coruña (enero) y conquistando tras dura resistencia Zaragoza y Gerona. A principios de 1810, toda la península está en manos francesas, excepto Lisboa y Cádiz.

 

Las sucesivas derrotas provocaron el desprestigio de la Junta Suprema Central, cuya actuación ha sido muy discutida. Por un lado, actuaron en un sentido revolucionario tanto al invitar a los vecinos a formular críticas y reivindicaciones; como al convocar a Cortes, haciendo de ellas la encarnación de la soberanía nacional. Por otro lado, actúan en sentido contrario nombrando un inquisidor general y anulando el poder de las juntas locales y provinciales.

 

A causa de este desprestigio,la Junta Suprema Central se disuelve y cede sus poderes en enero de 1810 a un Consejo de Regencia de tres miembros, que decide en junio la reunión de Cortes en Cádiz. Estas serán unicamerales, con sufragio universal masculino para los mayores de 25 años y con presencia de diputados que representen a América.

 

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De las tres tendencias políticas en que se dividieron los españoles en la Guerra de la Independencia, la revolución liberal no la han iniciado los llamados “afrancesados”, que colaboraron con los franceses convencidos de que era la mejor manera de acabar con el absolutismo y conseguir las reformas necesarias, ni los absolutistas empeñados en mantener el Antiguo Régimen, sino lógicamente, del sector de los liberales.

 

Mientras se pone en marcha la revolución liberal en España, la Guerra de la Independencia entra en su última fase en 1812. Napoleón se ve obligado a sacar tropas de España para la Campaña de Rusia, y llega a la península el general Wellington. Se suceden las derrotas francesas -Arapiles, Vitoria, San Marcial- y Jose I sale de España. A finales de 1813, Napoleón firma el Tratado de Valençay, por el cual devolvía la Corona española a Fernando VII.

 

Temas Historia de España 2º de Bachillerato

 


 

 

 

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14 enero 2014 2 14 /01 /enero /2014 10:55

 

 

"¿Cuál era el medio de propaganda más potente del hitlerismo? ¿Eran los discursos individuales de Hitler y de Goebbels, (…) su agitación contra el judaísmo, contra el bolchevismo?”

 

goebbels.jpg

 

 

Esta es la pregunta que se hizo un filólogo judío alemán, Victor Kemplerer  en su libro “La lengua del Tercer Reich” para llegar a la conclusión de que no. Este catedrático de literatura francesa recuerda cómo la gente jugaba a las cartas o hablaba de temas banales mientras las radios emitían los discursos del Partido, que supuestamente todos escuchaban con la máxima atención. La manipulación del lenguaje en la Alemania nazi por el nacionalsocialismo se introdujo en el cerebro de las masas con palabras y expresiones de uso cotidiano que terminaron por crear una determinada forma de ver la realidad o como dirían los nazis, una “Cosmovisión”, una Weltanschauung.

 

La característica básica de esta nueva lengua, la lengua del Tercer Reich era su pobreza. A pesar de toda su retórica, el lenguaje nacionalsocialista estaba lleno de tópicos que se repetían continuamente, y era precisamente esta pobreza lo que lo hacía tan poderoso, puesto que todo el mundo lo podía usar independientemente de su nivel cultural. No solo era cuestión del abuso de tópicos, sino sobre todo, del tono de voz, que era siempre el mismo. 

 

Esta es la causa profunda de la tremenda pobreza de la lengua del Tercer Reich: está dirigido a un  único aspecto de la comunicación, a la invocación; es un lenguaje enfocado única y exclusivamente al fanatismo

 

juventudes-hitlerianas.gif

 

Pero el lenguaje nazi también se infiltró en la familia, la geografía y en todas las relaciones personales.

 

La ideología nazi no distinguía entre lo público y lo privado, así que evidentemente su concepción del mundo se introdujo en todos los aspectos de la vida, incluida la familia, y, dentro de esta, donde lo que hemos llamado el lenguaje del Tercer Reich es más visible es en los nombres que recibían los niños. Ya existía una moda previa  venida del  Romanticismo y de lo Wagneriano de poner nombres relacionados con la mitología nórdica, pero en la Alemania nazi pasó casi a ser una obligación,  porque los nombres cristianos significaban que no se era lo suficientemente nacionalsocialista y los que venían del Antiguo Testamento estaban directamente prohibidos.

 

Otro aspecto en el que la lengua del Tercer Reich fue especialmente militante es el relativo a las denominaciones geográficas. El nacionalsocialismo decía defender las tradiciones germánicas, pero si estas no le cuadraban las eliminaba sin contemplaciones. Buena parte de Alemania estuvo colonizada por pueblos eslavos, del mismo tronco que los rusos o los polacos, como los wendos o sorabos, y este hecho se reflejaba en la toponimia de un modo similar a todas las villas “Villafranca de…” que en España recuerdan la inmigración franca durante la Edad Media vía Camino de Santiago. En Alemania había muchos lugares con el adjetivo “Wendisch” que fueron, simplemente, eliminados. Se cambiaron miles de topónimos, y comarcas de la zona de Prusia Oriental fueron renovadas casi al 100%.

 

Lo mismo ocurría con las calles y, por supuesto, con las regiones. Adoptaron el término “gau”, que tenía resabios teutónicos medievales, sustituyendo al más moderno de provincia.  La manipulación de la geografía en el Tercer Reich llegó a cambiar el nombre de países enteros para hacerlos asimilables a la Gran Alemania. De esta manera, Austria cambió de llamarse Österreich (que significa literalmente “Imperio del Este”) a Östmark, literalmente “Marca del Este”, lo que equivalía a transformarla en una parte fronteriza de Alemania en lugar de ser una entidad política de igual categoría.  Llegaron incluso, en 1942, a cambiar este nombre por el de Donau und Alpenreichsgaue, para borrar todo recuerdo de Austria.

 

fisica-judia.jpg

 

Por supuesto, la lista de particularidades del lenguaje del Tercer Reich es muchísimo más extensa, como hablar de “física judía” para referirse a la Teoría de la Relatividad y así quitarle todo valor, o de “guerra judía” a la Segunda Guerra Mundial para, modificando el lenguaje, convertir a los agresores en agredidos. Pero estos ejemplos de manipulación del lenguaje son muy burdos y también muy conocidos, sobre todo por películas y se ha preferido sacar a la luz otros menos sabidos y más ingeniosos. 

 

 

 

 


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29 diciembre 2013 7 29 /12 /diciembre /2013 11:44

 

La iglesia de la Vera Cruz de Segovia, ubicada en la carretera que lleva desde Segovia a Zamarramala, es probablemente el ejemplo mejor conservado en Europa de una tipología templaria de edificio constituido por un edículo central en torno al cual gira una nave circular.

 

El precedente de este tipo arquitectónico de construcción de planta dodecagonal se encuentra en los baptisterios romanos paleocristianos y se convierte en símbolo de las construcciones de las Órdenes Militares de los Cruzados en Tierra Santa.

 

Iglesia-Vera-Cruz-Segovia.jpg

 

El inicio de este tipo de templos se supone en la Mezquita de la Roca y en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén. Los caballeros templarios van adoptar esta tipología constructiva en sus templos de París y Tomar (Portugal) y la Orden del Santo Sepulcro hará lo mismo en Torres del Río (Navarra).

 

Atribuida tradicionalmente la construcción de la segoviana iglesia de la Vera Cruz a los templarios, las investigaciones modernas prefieren otorgar la autoría a la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén funcionando como una encomienda dependiente de la Colegiata de Toro (Zamora).

 

colegiata-de-Toro.jpg

 

Cuando la Orden del Santo Sepulcro se unió a la Orden de San Juán de Jerusalén, la iglesia de la Vera Cruz pasó a pertenecer a esta última en 1531, continuando así hasta hoy.

 

En cuanto a la fecha de la fundación de la iglesia de la Vera Cruz, una lápida empotrada en el edículo, nos da la respuesta:

 

HAEC: SACRA: FUNDANTES

CELESTE: SEDE: LOCENTUR

ATQUE: SUBERRANTES: IN: EADEM:

CONSOCIENTUR: DEDICATIO:

ECCLIE: BEATI: SEPULCRI: IDUS:

APRILIS: ERA: M: CC: XL: VI:

 

Es decir, en los idus de abril, Era (Hispánica) de 1246; o el 13 de abril de 1208.

 

 

 

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12 diciembre 2013 4 12 /12 /diciembre /2013 18:19

 

En 1556, Carlos I decidió abdicar y dividir su herencia entre su hermano Fernando, al que le dejó los territorios de la Casa de Austria y su hijo Felipe, que heredó los territorios hispánicos y los pertenecientes a la Casa de Borgoña.

 

Al contrario que su padre, que se consideraba un emperador europeo, Felipe II fue un rey castellano, estableciendo su capital en Madrid en 1561. Su política interior se centró en dos ejes: la defensa del Catolicismo y del Concilio de Trento y el autoritarismo del poder real.

 

El principal instrumento de control fue la Inquisición, mucho más que un tribunal religioso, puesto que era el único tribunal común a toda la Monarquía. Para preservar a España de la herejía se prohibió a los estudiantes cursar estudios en el extranjero, importar libros del exterior y la publicación del Índice de libros prohibidos. Los autos de fe (1558) contra las minoritarias comunidades protestantes en Valladolid y Sevilla fueron la demostración práctica de esta política.

 

auto-de-fe.jpg

 

Consecuencia de esta política religiosa fue la rebelión de Las Alpujarras (1568-1570). Los moriscos eran más de la mitad de la población granadina y sus relaciones con los cristianos eran muy tensas. El detonante de la rebelión fue un decreto de 1567 que prohibía el uso de su lengua y sus costumbres. Hizo falta traer tropas de Flandes para sofocarla y la guerra fue un descrédito para la reputación de España. Tras la derrota de los moriscos, se decretó la dispersión de los moriscos por Castilla.

 

La concepción autoritaria del poder real tuvo su repercusión en las alteraciones de Aragón (1590-1592). La traición del aragonés Secretario de Estado Antonio Pérez y posterior detención causaron una rebelión en Aragón. La respuesta de Felipe II fue contundente: el envío de un ejército al mando del duque de Alba y la ejecución del Justicia de Aragón.

EL-IMPERIO-DE-FELIPE-II.jpg

Más exitoso fue la incorporación de Portugal a la Monarquía hispánica. La muerte del rey Sebastián en Alcazarquivir, dejó vacante el trono portugués. Felipe II, hijo de una infanta portuguesa, hizo valer su derecho al trono de Portugal y en las Cortes de Tomar (1580), Felipe II juró respetar las libertades de Portugal y la integridad de su imperio colonial.

 

 Epígrafes de Historia 2º Bachillerato

 


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