Hace ya seis años que el líder del mítico grupo de Queens nos dejó, pero su legado permanece. Crearon un nuevo estilo en el decadente rock de los años 70, y volvieron a llevar la rebeldía y la diversión a un rock and roll que agonizaba con sus temas frescos y rápidos.

Han pasado ya más de seis años que el alma mater del grupo The Ramones no está con nosotros. Por supuesto me refiero a Joey Ramone, menos conocido como Jeffrey Hyman, su nombre real.

Con 14 trabajos en estudio (desde 1976 a 1995), 9 trabajos en directo (entre ellos el mítico "It´s Alive", grabado en Londres en 1977),e innumerables recopilaciones y versiones, los Ramones son una de las estrellas más brillantes del firmamento del rock.

Y no es para menos. Además de su vasta producción, crearon un estilo propio a base de vaqueros rasgados, camisetas, cazadoras de cuero y deportivas que fue imitado por todo el mundo.

Fueron una auténtica bocanada de aire fresco. En una época en que el rock se había transformado en algo parecido a la ópera, con temas de 20 minutos, y alarde de virtuosismo musical, los Ramones tocaban canciones de no más de 3 minutos y con un estilo contundente que les hacía sonar como un martillo neumático.

Como los grandes dinosaurios, los grandes de la ópera rock, con sus movimientos lentos y pesados, tuvieron que dejar paso a estos pequeños, hábiles, rápidos y peludos mamíferos, y ellos, junto con los demás bárbaros de la new wave, salvaron al rock and roll de la extinción.

Pero el tiempo pasa: el célebre CBGB, el local donde los Ramones alcanzaron la gloria, vió su último concierto en el 2006 de la mano de Patti Smith. Actualmente es un local de ropa trendy, en un barrio que se ha convertido en "tendencia". Si el viejo Joey levantara la cabeza.